Paso 1: elige un arma apropiada. ¿Quién dijo que los emos sólo tienen una opción? La elección del arma ideal contra los emos es uno de los puntos más difíciles de esta batalla. Los pacifistas dirían que no deben ser asesinados, pues ese acto cruel e inmoral reduciría considerablemente la población mundial. Aunque ésto es cierto en parte, hay situaciones en las que es necesario emplear armamento letal para salir airosos de ellas. En este caso elegir el arma que haga derramar más sangre a la víctima es poco útil. Bien es conocida la atracción de los emos por la sangre, incluso por la suya. Si conviertes tu ataque en un baño de sangre usando granadas, motosierras, ametralladoras u otro armamento pesado los charcos de sangre atraerán inmediatamente a hordas de emos hacia ti. En algún momento se agotará tu combustible y tu munición y quedarás a merced de cientos de emos vivos, dispuestos a darse un banquete de carne fresca. Sí, los emos se dan al canibalismo cuando las hamburguesas vegetarianas de tofu que guardan sus madres en la nevera se agotan. Por tanto, descartando la artillería pesada, nos quedamos con los pequeños cuchillos y con armas de largo alcance, cuidando que ninguna provoque mucha sangre. Llevar cuchillos es tan atractivo para los emos como la sangre, pueden hacerte pedazos tratando de quitarte el cuchillo para cortarte a sí mismos. La opción restante, las armas de largo alcance, pueden dividirse en tres categorías: pistolas, fusiles y arcos. Las pistolas son las más útiles para un enfrentamiento no letal con los emos (si se sienten derrotados ya se encargarán ellos de suicidarse), y para cuando no hay más remedio que acabar con ellos al instante los rifles son más eficaces que los arcos. Aunque podría parecer que los arcos son mejores por su silencio, los emos ignorarán cualquier ruido que no proceda del disco de Fall Out Boy de su iPod, de modo que el ruido de un disparo no será notado. Así, para enfrentamientos mortales, el rifle es la mejor opción.
Paso 2: buscando a Emo.
Paso 3: ataca sus puntos débiles para causar más daño. Como ya se ha dicho en el apartado anterior, la lucha contra los emos normales, esos que ves por la calle todos los días, rara vez es letal. Hay que recordar que en alguna parte de esa fachada sombría y deprimente se esconde un ser humano. Tu misión no es llevar a cabo el genocidio de buena parte de la raza humana, sólo ser el exterminador de esa moda que no para de absorber la felicidad de su alma. Están infectados por un virus y, aunque suene poco convencional, tu deber es liberarles de ese virus. Disparar a la cabeza o a los genitales no suele ser una buena idea. La razón de no hacer "headshots" es sencilla: bajo su estado actual los emos son incapaces de pensar por sí mismos, con lo que lograr acertar en el cerebro es como intentar matar desde aquí una mosca que está en Australia. Apuntar a su zona baja no sería mucho más eficaz, ya que los emos masculinos suelen llevar unos pantalones tan ajustados que les hace perder toda la circulación en los genitales y no sentirían ninguna diferencia con o sin huevos. De hecho, la mayoría ya son completamente estériles. La fuente común de "emoción" de los emos, y en consecuencia su punto débil, es su iPod. Sí, un constante flujo de Fall Out Boy, Maroon 5 y Green Day que llena a los emos de tristeza y odio. Destruye su iPod, destruye su cáncer. Esa es la mejor forma de acabar con ellos y como se ha mencionado anteriormente con una pistola basta. Acto seguido acabarán por suicidarse, algo con lo que siempre han soñado. De todos modos no bajes la guardia, todavía queda por cazar a los peces gordos: sus ídolos, los grupos emo, y éstos no sucumbirán ante la pérdida de sus productos manzana. Es la hora de usar el rifle.
¿Y ahora qué? Ahora sólo queda disfrutar de un mundo maravilloso y perfecto. Ya no habrá guerras, crímenes ni pobreza y todo el mundo estará saludable y contento. No tendremos que recurrir jamás a la violencia porque todo el mundo estará unido y se verán los unos a los otros como iguales. El mundo estará verde y limpio. Los conejitos revolotearán alegremente por los campos. Habrá un bebé gigante riendo en el cielo... ¡Hey!, un momento. ¿Qué clase de estupidez es ésta? ¿Quién puede pensar con claridad mientras un bebé ríe sobre su cabeza? Es repugnante. El mundo perfecto no tiene lugar para tal bebé. Debemos emplear un poderoso ataque nuclear para eliminarle. Probablemente, incluso si conseguimos acabar con él, explotará y dejará flotar la radiación sobre la Tierra. Si la radiación no nos mata tendremos que vivir en la noche eterna para el resto de nuestros días, pero aun eso es mejor que el maldito bebé de los Teletubbies. ¿Por qué el mundo perfecto tiene que ser tan imperfecto?
